Como comentamos en un post anterior, para apoyar la innovación social y medioambiental, el líder intraemprendedor o transformador sostenible tiene hoy otra atractiva herramienta en el emprendimiento social. Los emprendimientos sociales son organizaciones que aplican estrategias de mercado para alcanzar un objetivo social. Su objetivo es descrito a menudo como el triple resultado: lograr al mismo tiempo desempeñarse en la dimensión social, ambiental y del beneficio empresarial. Las empresas pueden invertir directamente en este tipo de proyectos o hacer alianzas con emprendedores sociales integrándose más en el sector ciudadano.
En este sentido, estamos presenciando un cambio radical en la forma en que se resuelven los problemas de la sociedad, en cómo se trabaja y en la manera en que crecen las empresas. La colaboración entre las empresas y los emprendedores sociales puede crear y expandir mercados en escala. Estos mercados podrán llegar a los 4.000 millones de personas que todavía no forman parte de la economía formal del mundo. Productos y servicios nuevos en sectores como la educación, el transporte, y las finanzas.
El sector ciudadano (que engloba a los millones de grupos establecidos y liderados por individuos con una misión en todo el mundo que buscan resolver problemas sociales cruciales) cada vez es menos un sector ineficiente y carente de personal. Dicho sector cada vez más se está poniendo al nivel de las empresas a medida que ha aumentado su productividad, tamaño, y alcance. Sus organizaciones hoy atraen también a líderes talentosos y creativos, y su trabajo está cambiando el juego en sectores y áreas tan relevantes como la energía y la atención de salud.
El líder intraemprendedor o transformador sostenible (de empresas con ánimo de lucro) tiene hoy la oportunidad de colaborar con organizaciones del sector ciudadano en problemas de gran escala que ninguno de los dos grupos ha podido solucionar por sí sólo. El poder de este tipo de alianzas yace en las fuerzas complementarias de los participantes. Las empresas ofrecen escala, experiencia en fabricación y operaciones, y financiación. Los emprendedores y organizaciones sociales contribuyen con costes más bajos, redes sociales sólidas, y un profundo conocimiento de los clientes y sus comunidades.
Para que estos proyectos de cooperación sean sostenibles, deben enfocarse en crear valor económico real, además de crear valor social. Esto se puede hacer a través de la formación de cadenas híbridas de valor (CHV), que capitalizan las fortalezas complementarias para aumentar los beneficios y disminuir los costes. Referencia: Bill Drayton “A new alliance for global change” en HBR.