Me hago eco de la noticia publicada el pasado marzo por Financial Times acerca del “rescate” de las empresas por sus intraemprendedores.
Muchas de aquellas empresas que fueron pioneras a finales de los 70 y dejaron que sus empleados emprendieran internamente, pusieron barreras y burocracia interna a la que vieron que el crecimiento estaba asegurado. Hoy día, donde las empresas necesitan nuevamente resultados, se ha invertido la tendencia y se han eliminado aquellas barreras internas. Las empresas empiezan a fomentar de nuevo la iniciativa interna como la clave para diferenciarse de su competencia y generar crecimiento.
A grandes rasgos ven fundamental:
– Crear una cultura interna de innovación y emprendimiento: no sólo basta con dejar un % del tiempo del trabajador para dedicarlo a nuevos proyectos.
– Hacer una apuesta firme en el tiempo: no sólo ahora que se necesita o abandonarla cuando los resultados vuelvan a acompañar.
– Crear un espacio y unos recursos seguros para la iniciativa: hay que apoyar el emprendimiento desde Dirección.
– Identificar a las personas clave para emprender iniciativas y detectar personas para implementarlas. De nada sirve tener un equipo con perfiles iguales.
– Tolerar el fracaso: centrar el fallo en el proyecto y no en la persona, ver del proyecto qué ha ido bien para reforzarlo y ver qué ha ido mal para mejorarlo.
– Premiar el esfuerzo extra de los trabajadores: si queremos implicación tiene que haber recompensa, y no sólo monetaria.
En sucesivos posts trataremos estas características clave más en profundidad